Una paciente lucense ha visto reconocido su derecho a percibir 135.000 euros como víctima de un error médico cometido en el Hula. La mujer ha perdido prácticamente la movilidad de una mano (que le quedó en forma de garra) y del hombro debido a un vendaje demasiado compresivo tras una operación.

Ha sido el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia el que ha condenado al Sergas y a su aseguradora a pagar los 135.000 euros. Sin embargo, en su sentencia el TSXG rebaja la indemnización que le había reconocido el juzgado Contencioso Administrativo número 2 de Lugo, que entendió que la cantidad justa era 176.614 euros. La petición inicial de la paciente ascendía a 300.000 euros.

El error médico, en realidad, no se produjo durante la parte más compleja del tratamiento al que fue sometida la mujer, que fue operada con éxito de la mano de los problemas que le había detectado el servicio de Traumatología. Fue en el periodo de curación posterior donde todo se torció.

Quince después de operada, la paciente acudió al Hula para que le retiraran la férula y los puntos, aunque se decidió mantener la inmovilización con un nuevo vendaje. Seis días después, la mano ya presentaba cianosis. La rehabilitación posterior no consiguió deshacer los efectos de aquel vendaje excesivamente apretado.

No solo eso, sino que como consecuencia del problema en la mano desarrolló también limitaciones y dolor en la muñeca, el codo y, finalmente el hombro, quedando todos ellos afectados.

Tanto el tribunal lucense que se pronunció en primera instancia como el TSXG coinciden en señalar a la paciente como víctima de una mala práctica médica originada en el vendaje. Sin embargo, mientras que el juzgado local indemnizaba cada una de las lesiones físicas por separado, hasta llegar a los 176.614 euros, el alto tribunal gallego determina que se trata de la misma lesión, por lo que rebaja el pago hasta los referidos 135.000 euros.

Así, esta mujer recibirá 25.000 euros en concepto de "lesiones temporales y pérdida de calidad de vida", y otros 110.000 sumando el "perjuicio estético, trastorno ansioso depresivo, lucro cesante y perjuicio moral por la pérdida de calidad de vida".

Redactor de El Progreso desde no sé cuándo. Riojano y del ramo de los Sucesos, y adicto a la Barra libre, que es el título de mi artículo semanal.  También me puedes seguir, si tienes ganas, en mi cuenta de Twitter.