Las quejas por la falta de material suelen ser habituales entre los agentes de todos los cuerpos policiales. En los últimos tiempos esas quejas se centran en el botiquín y el material de primeros auxilios que llevan los policías para atender a personas con heridas que necesitan atención urgente.
No son pocos los agentes que se compran su propio material, como torniquetes, y que se forman por su cuenta para tener los conocimientos suficientes para intervenir de forma adecuada.
Confidencial Digital ha podido conocer un suceso reciente, que tuvo lugar en la ciudad de Madrid, y en el que dos policías nacionales recurrieron a este tipo de material para salvarle la vida a un hombre gravemente herido.
El suceso tuvo lugar el pasado fin de semana en el distrito de Ciudad Lineal. La sala del Centro Inteligente de Mando de Comunicación y Control 091 recibió un aviso por una pelea entre dos o tres personas a las puertas de un bar en la calle del Estrecho de Gibraltar. Al parecer, uno de los implicados en la pelea sangraba abundantemente.
Hasta el lugar de los hechos se trasladaron varios vehículos Zeta del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC), los patrulleros con funciones de Seguridad Ciudadana. Para apoyarles, ante la incertidumbre de que pudiera ser una intervención complicada con una pelea de grandes dimensiones, acudieron también agentes del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) que estaba de guardia esa noche en la comisaría del distrito de Ciudad Lineal.
Al llegar al bar, los policías nacionales se encontraron un grupo numeroso de personas en la acera. De inmediato les señalaron al supuesto responsable de las heridas de quien estaba sangrando. Los agentes se llevaron de inmediato a un coche a ese hombre, para evitar que pudiera darse alguna reacción violenta contra él.
Por su parte, una pareja de agentes del GOR se acercó al herido. Se trataba de un hombre de unos 38-40 años, que estaba tumbado en medio de un gran charco de sangre. Mostraba un corte muy profundo en el cuello, que una mujer le intentaba taponar con un trapo.
En cuanto la mujer retiró el trapo, la sangre salpicó a los dos policías. El corte abarcaba todo un lado del cuello, desde la carótida hasta la barbilla. Las arterias carótidas llevan la sangre del corazón al cerebro. Los agentes supusieron que tenía seccionada una de esas arterias, y por eso con cada latido, salía más sangre.
Según el relato de los testigos, dos hombres bebidos se pusieron a discutir en el bar. Empezaron a forcejear, a uno se le rompió un vaso de tubo, y cuando se abalanzó sobre el otro, le cortó en el cuello con el cristal roto.
En vista de la gravedad de la herida, uno de los policías del GOR corrió al coche y cogió su botiquín, en el que llevaba el material de dotación que proporciona la Policía Nacional, y su propio material: entre otros elementos, un vendaje compresivo israelí.
Este tipo de vendajes los utilizan los médicos militares en operaciones. Permite que incluso el propio herido se lo aplique a sí mismo, y su colocación es muy rápida.
El agente le colocó el vendaje de forma que taponaba el corte del cuello, amarrando el vendaje a la axila contraria. Tras esa cura, pusieron al herido de pie, para reducir el flujo de sangre hacia la cabeza.
Mientras tanto, los policías habían pedido por radio una ambulancia de forma urgente. En unos cinco minutos apareció una ambulancia del Samur. Los policías nacionales que habían atendido al herido explicaron al médico de emergencias la cura, y que el herido habría perdido unos dos o tres litros de sangre, así como el tiempo que llevaba con la herida abierta.
El personal del Samur se llevó al herido a la ambulancia. Intentaron frenar la hemorragia con un granulado hemostático, Cellox. Tras estabilizar al herido, se lo llevaron a un hospital de Madrid para operarle de urgencia.
Hasta el lugar del suceso se trasladó una responsable de emergencias de la Comunidad de Madrid. Tras hablar con el médico del Samur, preguntó por los policías que habían atendido al herido, habló con ellos y les felicitó.
Entre otras cosas, les dijo que el médico reconocía que gracias a la intervención de los agentes con el vendaje israelí, el hombre herido podría al menos llegar vivo al quirófano, dada la gravedad de la herida, un corte en la arteria carótida.
Después de una operación complicada, de varias horas en el quirófano, los médicos lograron salvar al herido. En los días siguientes continuaba en estado muy grave, pero estable, y fue mejorando poco a poco.
La actuación de estos dos policías nacionales les valió también la felicitación de su comisaría, de su subinspector, que les dijo que podían estar orgullosos de haber salvado una vida, de numerosos compañeros y mandos de su comisaría, e incluso de un mando de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
Desde que en 2015 el Ministerio del Interior elevó la alerta antiterrorista al nivel 4 de un máximo de 5, los policías nacionales y agentes de otros cuerpos reciben más formación para enfrentarse a lo que se denominan “incidentes AMOK”, en los que una persona (un terrorista, o un desequilibrado) ataca con un arma blanca de forma indiscriminada a otras personas en algún lugar público.
En Madrid, los policías nacionales reciben cursos para reaccionar ante este tipo de sucesos en las instalaciones de Carabanchel, donde se encuentra la División de Formación y Perfeccionamiento.
Antiguos miembros del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y sanitarios del Samur les enseñan a atender a heridos en incidentes así. A esos cursos van agentes de las unidades de seguridad ciudadana, tanto de los Grupos de Atención al Ciudadano (GAC) como de los Grupos Operativo de Respuesta (GOR).
Pero, además, en el caso de los dos agentes del GOR que acudieron a ese aviso en el distrito de Ciudad Lineal, por su cuenta habían aumentado tanto la formación como el equipamiento.
Habían asistido a cursos de técnico avanzado de urgencias, impartidos, por ejemplo, por médicos militares que han estado en zonas de conflicto y también expertos del Samur. En esos cursos aprendieron a utilizar material para taponar heridas producidas por un corte de arma blanca o por un disparo de arma de fuego, y evitar que una persona se desangre.
Además, como hace otros policías nacionales, guardias civiles, mossos d’Esquadra, ertzainas, policías locales, adquieren material de intervención sanitaria adicional al del botiquín de dotación que les da la Policía Nacional.
Con uno de esos vendajes compresivos israelíes atendieron al herido en un bar de Ciudad Lineal, al que lograron salvar la vida tras sufrir el corte de una arteria carótida con un vaso de cristal.
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