La Revolución Mahomes: el origen del talento de la superestrella vanguardista del fútbol americano - Infobae

2023-03-08 17:31:56 By : Mr. Wen Dan

Faltaban poco menos de dos minutos para terminar el tercer cuarto cuando el tobillo derecho de Patrick Mahomes quedó atrapado debajo del cuerpo de un defensor que lo había tackleado. Sus gestos de dolor en el banco de suplentes lo decían todo. Parecía el comienzo del fin para los Chiefs, que estaban volviendo al partido pero aún perdían por 10 puntos. Pero su estrella no estaba pensando en tirar la toalla. Como hizo el 21 de enero, en la definición de la División ante los Jaguars y como repitió en la final de la conferencia ante los Bengals, con dolores en el mismo tobillo. “Nada ni nadie me iba a sacar de este partido”, admitió luego de alzar su segundo trofeo de campeón, a los 27 años, con un segundo tiempo histórico -su equipo lo ganó 24 a 11- que incluyó 13-14 de pases completos -dos de touchdowns- gracias a un vendaje especial para evitar que el dolor fuese mayor. Un hito más de este mariscal de campo que ha dominado la NFL en los últimos cinco años, desde que saltó a la titularidad en 2018, metiéndose en la élite de la historia y ya siendo parte de la leyendas de su deporte.

Mahomes llegó a la final de conferencia en su debut como QB inicial, en 2019 fue campeón remontando el partido como este domingo, en 2020 volvió a la definición -perdió contra el mito viviente de Tom Brady-, en 2021 repitió otra instancia importante -cayó en la final de conferencia- y en esta campaña logró su segundo anillo, rompiendo el karma de que el MVP de la fase regular no era campeón -no sucedía desde 1999-. Esta vez lo hizo ante un Philadelphia Eagles que no sólo era levemente favorito en las apuestas, sino que llegaba a este juego con la mejor defensa ante el ataque de pases. Pero, claro, ya sabemos, Mahomes es mucho más que un quaterback pasador. Se trata de un jugador vanguardista, rupturista, que puede hacer todo en la cancha, con recursos singulares y un estilo poco ortodoxo que mucho tiene que ver con su formación multideporte. “A veces, en la cancha de football, parece un lanzador de béisbol y en otras un base de básquet”, resumen los especialistas, recordando sus años como pitcher y armador de juego. Bienvenidos a la Revolución Mahomes.

Su padre Pat fue pitcher profesional en las Grandes Ligas, en los Boston Red Sox y los New York Mets, entre otros, y su hijo heredó su don para lanzar la pelota con costuras. Cuentan que, de chico, el muchacho que hoy triunfa en la NFL era igual de bueno en el béisbol que en el fútbol americano, destacándose su precisión y coordinación. Este pasado explica la revolución de estilo que vemos hoy en la cancha, cómo lanza la pelota, incluso cuando corre, su visión del campo, la movilidad y la forma de crear situaciones… Todas cosas que se observan habitualmente en el béisbol. Históricamente los mariscales de campo pasaban la pelota y rara vez corrían con ella, por el riesgo que genera eso ante las moles que pueden golpearlo.

Mahomes es de una nueva era de quaterbacks, en principio por la capacidad atlética que trae por ser afroamericano, pero esa no es la única cualidad que lo explica. Cuando los rivales presionan la línea ofensiva y amenazan con vulnerar la bolsa -el lugar donde lo cubren los mastodontes-, Pat corre, esquiva, gana tiempo mientras piensa qué hacer. Puede pasar y correr. O pasar mientras corre, incluso con mano izquierda. Por eso le dicen Magic Mahomes. Y lo comparan con Steph Curry. O Leo Messi. Es creativo, impredecible. Un jeroglífico indescifrable, los rivales no saben cuál será la próxima jugada.

Su historia es muy diferente a la de la mayoría de los atletas de élite, ya que recién se embarcó únicamente en el fútbol americano a los 20 años, cuando arrancó su segundo año en la Universidad de Texas Tech. Hasta ahí había practicado los tres deportes con igual intensidad, pasión y dedicación. Y este pasado se refleja en su juego, tan poco convencional como especial. “Su visión de juego la obtuvo en el básquet”, analiza Mike Kafka, entrenador de mariscales de campo de Kansas City, su equipo. Durante su estadía en el secundario Whitehouse de Texas era base (de 1m90), que podía armar pero a la vez también anotar. Su dribbling era endiablado y podía penetrar y tirar, con igual eficacia. Lo mismo que hoy vemos en el fútbol americano. En 2018 se viralizó un video mandando a la escuela a varios compañeros de los Chiefs en un picado basquetbolero. Cuando el video se viralizó, ya no lo dejaron jugar más e incluso en el nuevo contrato, que lo convirtió en el atleta más caro del deporte estadounidense (503 millones de dólares), le prohibieron jugar nuevamente en su tiempo libre. Por el riesgo de lesiones, claramente. “Estás quebrando un montón de tobillos en la cancha, solo asegurate de que no te rompas los tuyos”, le dijo Brett Veach, el manager de los Chiefs que lo llamó por teléfono para comunicarle la decisión. Eso sí no pudo evitar que, en la previa del partido de este domingo, una cámara grabara a Mahomes simulando una penetración de básquet con tiro incluido. Un compañero de los Chiefs usó incluso los brazos para simular el aro, para que el tiro de Pat ingresara…

Si hablamos del béisbol, el llamado Pasatiempo Nacional de los estadounidenses, hay que decir que lo recibió como parte de la herencia de su padre, profesional entre 1992 y 2003. Con él compartió canchas, vestuarios, charlas y hasta habituales lanzamientos en el patio trasero de la casa. Polifuncional, básicamente se dividió su tiempo en dos posiciones: lanzador y shortstop. Con la primera perfección sus veloces envíos -para que no batearán los rivales- y en la segunda se especializó en movimientos de pies, desplazamientos, atrapadas y lanzamientos en movimiento -a las bases-, siendo el puesto más difícil de la defensa, por la cantidad de lugar que se debe cubrir y lo cercano que se está del bateador. De ahí sacó un repertorio inusual que luego trasladó al fútbol americano.

Durante su etapa en el secundario, cuando jugó ya más de pitcher, lanzó un no-hitter, una rareza que se da cuando el lanzador consigue eliminar a todos sus rivales sin permitirles ni siquiera llegar a la primera base. En 2014 fue elegido por los Detroit Tigers de la Liga Profesional (MLB) en la 37º ronda -pick 1120- del draft. Fue cuando, por los contactos de su padre, recibió un consejo de Alex Rodríguez, uno de los grandes jugadores de la historia de la MLB. “Patrick, no juegues en la NFL. La plata y la historia están en el béisbol”, le dijo. Año después, A-Rod se sintió aliviado. “Menos mal que no me escuchó”. Hoy al dinero que ha ganado, a diferencia de lo que creía Alex, la invirtió en el béisbol, comprando acciones de los Kansas City Royals, equipo de la MLB que tiene sede en la misma ciudad que los Chiefs, donde juega desde llegar a la NFL.

“Y sí, es verdad, un poco soy un beisbolista jugando al fútbol americano”, aceptó Pat hace tres años, cuando lo consultaron por la reminiscencias que se ven en el campo. La forma de lanzar, la movilidad, la visión… Algo parecido se puede decir por el básquet. Comparando con otros mitos, como Tom Brady, quien se retiró hace semanas con siete anillos de campeón, Mahomes es totalmente distinto. Tom apenas se movía, lanzaba muy rápido y ponía la pelota exactamente donde quería. Mahomes tiene otro estilo: se mueve, extiende la jugada, tiene un campo de visión magnifico mientras corre y es tan rápido que no está preocupado por la defensa. En eso está cambiando la liga, porque cada vez salen más quarterbacks así. No es casualidad que este Superbowl haya sido el primero con dos mariscales de campo afroamericanos…

Tras una gran carrera universitaria en Texas Tech, a Mahomes lo eligieron en el puesto #10 del draft 2017 pero en su primera campaña en Kansas City fue suplente y recién se ganó la titularidad tras la transferencia de Alex Smith. En 2018, su segunda temporada, explotó y ganó el MVP, pero se quedó en las puertas del Superbowl. Fue campeón en su segundo año como titular, el tercero en la liga, siendo el segundo mariscal de campo más joven en conquistar el título con apenas 24 años y 139 días. Premiado como el jugador más valioso del partido, también fue el más joven en alzar ese galardón. Logró que los Chiefs fueran cada temporada un candidato al título y ahora logró su segundo anillo, siendo MVP de la fase regular y la final.

Sólo tres quarterbacks que hayan ganado más de una vez el MVP de la NFL y el Superbowl. Tom Brady, Joe Montana y Peyton Manning. Tres leyendas. Y Mahomes lo hizo con 27 años y tal vez una década por delante, si las lesiones lo permiten, para gobernar el olimpo del fútbol americano y lograr una hegemonía con los Chiefs. También se convirtió en el sexto jugador en la historia de los cuatro deportes top estadounidenses (NFL, NBA, MLB y NHL) en ganar múltiples premios de MVP de un juego o ronda de campeonato en sus primeras seis temporadas como profesional, uniéndose a Bobby Orr, Magic Johnson, Tim Duncan, Tom Brady y Joe Montana.

Claro, se mencionaron sus cualidades disruptivas, pero no puede soslayarse su personalidad. El Superbowl es mucho más que la final del torneo. Es el partido que mira buena parte del mundo y es normal que los nervios o los errores aparezcan. Y más difícil es aún hacer lo que sabés estando abajo en el marcador. Para Mahomes no cuentan las generales de la ley. Porque en ambas definiciones estuvo abajo en el marcador y fue decisivo en las remontadas. En 2019 hay que incluir que ganó los tres partidos de playoffs viniendo de atrás. Incluso compañeros suyos admitieron que la forma en que los tranquilizó y motivó fue la llave de la gloria. Su carácter también se ve en esta situación de especialización tardía. Cuando la gran mayoría de los profesionales juega desde chico al deporte donde luego brilla, Pat recién se decidió por completo a los 18. Y no hay dudas que esa capacidad de integrar distintas experiencias lo hizo alguien diferente y especial. Bienvenidos a la revolución mahomista.