Karim Benzema vivió una jornada inolvidable en su carrera deportiva después de levantar su primer Balón de Oro en el escenario del Théâtre du Châtelet de París. Los flashes se posaron sobre él y el máximo galardón, y fue en esas imágenes en donde los usuarios notaron un llamativo detalle.
El delantero galo no llevaba su clásico vendaje en la mano derecha, lo que le permitió ver a los fanáticos su dedo meñique al descubierto. Las fotos del francés haciendo un gesto de agradecimiento juntando las palmas de ambas manos se esparcieron rápidamente por las redes sociales y la pregunta principal que se hacían los aficionados era qué le había pasado.
Todo comenzó el 13 de enero del 2019. El reloj marcaba un minuto para el final del primer tiempo en el Estadio Benito Villamarín de la ciudad de Sevilla cuando El Gato se tropezó tras un cruce con el defensor español Marc Bartra y quedó tendido sobre el césped tomándose la mano derecha.
La preocupación invadía a los merengues aquella tarde. Rápidamente acudió el personal médico para ver qué sucedió con el delantero estrella y no tardaron en detectar el problema: en la caída se había fracturado el dedo meñique.
Automáticamente tuvo que abandonar el campo y, luego de una examinación más detallada, los profesionales le recomendaron que pase por el quirófano para someterse a una operación con el fin de reparar y enderezar el dedo. Pero se presentó otro inconveniente, esa intervención le demandaría dos meses de inactividad y el club no atravesaba su mejor momento (estaba en un proceso de reestructuración tras la salida de CR7 en julio del 2018).
“Es una falange rota. Por suerte es una lesión en la mano, quiero creer que puede estar (en el próximo partido) pero dependerá de lo que digan los médicos”, consideraba Santiago Solari, entrenador en ese momento, durante la conferencia de prensa posterior.
Benzema entendió la situación que estaba atravesando su equipo y decidió no operarse para continuar aportando su cuota goleadora. Fue en ese momento que nació el uso del clásico vendaje que ahora lo caracteriza y que envolvía la férula que sostenía su dedo meñique. Al enterarse de su decisión, Solari no dudó en elogiarlo: “Es un jugador muy generoso, no solo en su estilo de juego sino también en su entrega. Obviamente estamos encantados de tenerlo con nosotros este fin de semana y que no vuelva a salir de la plantilla”.
Finalmente, tras ponerle fin a esa temporada y encontrar un hueco en el calendario, Benzema acudió a un cirujano para reparar su mano. La intervención iba a llevar más trabajo del esperado ya que el hueso había soldado por sí mismo pero no de la mejor manera.
La operación salió bien, pero el francés no respetó el tiempo de recuperación (dos meses) y volvió a salir al campo con el vendaje. Fue allí cuando sufrió un nuevo golpe que volvió a dañar su dedo, lo que implicaba otra intervención quirúrgica.
“Primero hice una operación, pero cuando te operas tienes que estar de baja dos meses. Y yo quería continuar con mis compañeros. Me he hecho otra vez daño, pero ahora no tengo tiempo para parar y para pasar por otra operación. Por eso juego con el vendaje”, recordaba el propio futbolista durante la rueda de prensa previa al partido entre Real Madrid e Inter por la edición pasada de la Champions League.
Hasta el momento el internacional con la selección francesa no encontró el momento para pasar nuevamente por el quirófano. Sin embargo, este retraso tiene su lado positivo ya que desde que usa ese vendaje, sus números goleadores no dejaron de crecer.
El delantero cerró esa temporada (2018-19) con 18 goles en 23 partidos. En 2019-20 anotó 27 goles y dio 11 asistencias en 48, mientras que en la 2020-21 fueron 30 goles y 9 asistencias en 46 encuentros. Finalmente, en la 2021-22 acumuló 44 goles y 15 asistencias, además de obtener la Champions League y la liga española. Una performance que le terminó valiendo el Balón de Oro.
La venda en la mano derecha de KB9 terminó transformándose en su marca registrada, incluso la empresa deportiva que lo patrocina hizo una publicidad con su mano tras conseguir el premio al Mejor Jugador del año.